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Dedicatoria

A todas aquellas mujeres que al no quedarse con nosotros hicieron este sue?o posible.

A todos aquellos que con su ignorancia nos siguen haciendo superiores.

A nuestras madres.

Y a nadie más.



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Misantropía

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domingo, enero 17, 2010



¿Qué es más fuerte que el amor?


-Hola amor… Buenas noches, no te levantes. – Dijo ella, entre susurros en medio de la noche oscura, que cómplice la protegía.


-Pero, ¿qué haces aquí? Se supone que no deberías, estás comprometida. - Respondí mientras me incorporaba en la cama, asombrado de verle después de tanto tiempo.

-Shhh, calla. Déjame explicarte por favor. –Dijo, mientras me colocaba un dedo en los labios para que no levantara la voz.

-Está bien, guardaré silencio para que no nos escuchen. Mi Madre y hermanas duermen en las habitaciones de al lado.

-Lo sé, no quiero molestarles, sólo he venido a despedirme y pedirte un favor…

-¿Cómo que a despedirte, de nuevo? ¿Después de todo lo que he pasado? ¿Vienes a estas horas de la maldita noche o madrugada, sólo a despedirte de nuevo? –Dije algo exaltado.

-Perdona si tardé tanto amor, no he podido venir antes, y aunque sé que ha pasado mucho tiempo ya, no pude irme del todo, necesitaba verte, y pedirte perdón. No fue algo que yo decidiera…

-¿No? ¿Entonces de quien fue la decisión de que te fueras y me dejaras como un idiota, eh? ¿Fue idea de tu padre acaso? ¿Fue cosa de tu madre verdad?

-Las cosas no son así pequeño, déjame explicarte a qué he venido, por favor no te molestes; he sabido que sufres por mi causa y ausencia, te he visto muy triste.

-¿Y hasta ahora vienes y me lo dices? Como si no lo supiera… ¡Han sido años! Ni siquiera meses, sino años de espera, en que he desgastado tus cartas, las que me dabas cuando me amabas, cuando decías me querías, que nada nos separaría, que no importaba lo que fuera, que siempre estaríamos juntos…. ¿Qué, ya no te acuerdas? –Pregunté lleno de rabia y coraje contenidos después de tanto insomnio.

-Lo sé y lo recuerdo, cada día amor, no seas así conmigo, permíteme explicarte, por favor, sólo un poco.-Dijo mientras una lágrima rodaba por su mejilla y se reposaba en la comisura de sus labios, como esperando a que yo la tomara… Pero cuando extendí mi mano hacia ella, se hizo hacia atrás, impidiendo la alcanzara.

-¿Ahora ni siquiera puedo tocarte? ¿Es eso a lo que vienes?

-No seas tonto, no llores. Yo soy la que más ha sufrido por esto créeme…

-No se trata de quién sufre más pequeña, no es por eso; es solo que… estar sin ti ha sido muy duro, no sé para quien de los dos duele más, pero tenía tantos sueños a tu lado, que no sé cómo he soportado tu ausencia.

-Has sido fuerte, lo sé bebé, en realidad he podido ver cuanto me amas, nunca lo dudé, ahora me he dado cuenta de todo, pero es demasiado tarde ya…

-Nunca es demasiado tarde, tú me amas, ¿no? Yo te amo, ¿qué es más fuerte que el amor? ¿Qué nos impide estar juntos ahora entonces? O ¿es cierto lo de tu compromiso?

-No es así de simple, es verdad estuve comprometida por culpa de mi madre que no te quería para mí, mi padre no tuvo que ver nada en eso…

-Lo sé, es un buen tipo el viejo, dale mis saludos.

-Espera y déjame hablar, mi matrimonio ha sido disuelto, pero eso no es todo.

-Entonces... ¿A qué esperas para casarnos? He juntado algo de dinero, he trabajado duro para no pensarte, para no extrañarte tanto ocupando la cabeza en otras cosas que no me recordaran tanto a ti, pero fue imposible. ¡No te vayas!-Dije ansioso mientras ella se ponía de pie junto a mi cama, caminando poco a poco hacia atrás sin dejar de verme.

-Es demasiado tarde para nosotros, sólo quiero pedirte que dejes de amarme, hay mujeres mejores que yo, ya encontrarás alguna, pero por favor, perdóname; se ha terminado el tiempo…

-No me hagas esto, ¡Explícame! ¡No me dejes solo de nuevo, no lo soportaré, te amo demasiado! ¿Cómo me pides que ame a otra si estás tú?

-Yo ya no estoy para ti, ni para nadie. Ahora debo partir, fue bueno verte una vez más, aunque sea la última valió la pena…Te amo, pero debes seguir con tu vida, ya no estés triste, amor. Te hice una carta para explicarte, está con mi Nana… Debo irme. - Y dando media vuelta salió por la ventana mientras yo por intentar ponerme un pantalón caí al suelo mientras ella se marchaba.

-¡No de de nuevo, no me dejes! ¡Yo para qué quiero una maldita carta! ¡Espera! -Grité desde el piso donde me quedé llorando.



No sé porqué no la seguí, me callé de pronto al escuchar mis propios gritos, mientras mi hermana tocaba a la puerta de mi habitación.



-¿Estas bien? ¿Con quién hablas, te has caído?

-Sí estoy bien, sólo ha sido una pesadilla, descuida, ya duérmete. Estaba soñando, gracias.

-A ver si ya no cenas tanto ¿eh? Me has espantado, tonto. Hasta mañana, intenta descansar, vas a despertar a mi madre.

-Descuida que ya me duermo. Igualmente, gracias. Buenas noches.

-Buenas noches.



A la mañana siguiente sin haber podido conciliar el sueño me dispuse a aclarar las cosas de una buena vez y por todas, y salí a primera hora rumbo a su casa, decidido a pedirle que se casara conmigo, no iba a dejarla escapar otra vez. De nuevo… Cuando llegué a su casa me abrió la puerta su nana, que amable y triste a la vez me invitó a pasar.



-Adelante joven pásele, ¿qué milagro que nos visita? Pensé se había ido a trabajar a otro lado…

-No Nana, no ha sido eso, estaba un poco ocupado, pero he vuelto ya, ¿se encuentra ella en casa?

-¿Cómo joven? No lo sabe ¿verdad?

-¿Qué se ha casado ya? ¿Por eso vino? –Dije alarmado entrando a la casa.

-¿Qué? No joven, ella no podía casarse con el otro joven, le amaba usted demasiado, si lo sabré yo… aunque la necia de su madre la obligara.

-¿Dónde está? Necesito encontrarla Nana, no la esconda, por lo que más quiera dígame donde está…

-Ay joven, ¿cómo voy a esconderla de usted? Si sé que la ama, pero debimos haberle avisado hace mucho, pero yo no podía salir de casa, perdóneme joven…

-¿Por qué Nana? A dónde se la han llevado, a dónde se ha ido, ¡Dígame para ir a buscarla, por favor, se lo suplico!

-No sabe cómo lo lamento joven. La niña murió hace meses… Cuando su padre no la apoyó contra su madre, decidió quitarse la vida antes de estar con otro que no fuera usted, no aguantó mucho su forzado matrimonio. Dejó una carta donde lo dijo, aquí la tiene, me pidió que se la diera en la mano sólo a usted, ¡mire! tiene la fecha de hoy…


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por: Lic. en G. Thot Kinji @ 23:01



Para el dolor de cabeza...

Hola amor:

Te escribo esta carta a destiempo, para poder explicarte el porqué tardé tanto, el porqué me fui así de pronto de tu vida, durante tanto tiempo, y ahora más como y por siempre nunca, para decirte el qué pasó para que me fuera, y el motivo o los motivos que me hicieron llorar al verte, quiero que sepas que lloré por dos razones, tan diferentes entre sí, que se tocaron y provocaron lo mismo.
No quiero perder nuestro tiempo juntos en detalles, no ahora que después de todo sólo me queda esta carta para decirte todo lo que te amo, todo lo que después del tiempo supe por ti sentía como por nunca mas nadie, tan solo ahora, que con la distancia no queda tiempo para dar marcha atrás.
No pude evitarlo, pasé unos años de infierno mientras al soñarte me delataba ante mi impuesto marido, sobra decir el papel que jugó mi madre en todo esto, que queriéndome prodigar un bien casándome con alguien de recursos y medios que me facilitaran la vida y la de los nietos que esperaba tener, sólo provocó que me sumiera en un infierno del cual nada bueno, salvo mi huída podría nacer.
Lo intenté no sabes cuantas veces en que por tonta fallé, y cada vez más difícil se torno el siquiera intentarlo, así hasta que en contra de mi voluntad tuve que dejar de intentarlo porque me era obvio, se notaba que no podía seguir engañándome lejos de tu lado, sólo para no quedarme sola cuando mi marido se marchaba dejándome encerrada.
Luché con todas mis fuerzas, que por cierto no fueron muchas, y por eso me contuve de volver y que nos dieran muerte a los dos si lo conseguía, escapar para refugiarme en tus brazos como antes, en que el calor de tu cuerpo me inundaba el alma entera, haciéndome sentir protegida, amada y sobre todo segura al lado tuyo.
Por eso tardé tanto, y por eso lloré de nuevo al verte, por la alegría de haberlo conseguido, pero por la tristeza de no poder seguir a tu lado y que no me hubieses permitido decirte todo esto, que sé que me equivoqué y debí haber luchado más por nuestro amor, no sabes cómo me arrepiento, pero me asusté mucho al inicio.
Ahora sé que la decisión que tomé volvería a tomarla cien veces si cien veces volviera a nacer, porque sé que tu me enseñaste a ser mucho más que mujer, a tu lado como con mas nadie me sentí realmente amada, en cada parte de mi ser, como cuando me tocabas con esas cálidas manos tuyas y desaparecía el frío externo de mi piel.
Debo despedirme amor mío, espero puedas seguir con tu vida ahora que me he alejado para siempre de tu lado, pero no me arrepiento de nada; la vida tiene tus ojos, y ellos después de todo este tiempo de ignominia han esperado pacientemente por mi vuelta.


P.D. Pregunta a Nana, dónde jugaba cuando niña en mi casa de muñecas en el bosque. Ella te llevará para que sin dilación alguna recojas el fruto verdadero de nuestro amor, y le hagas crecer como sé que ambos lo habríamos hecho. Cuídale como si yo estuviera contigo para verle crecer y hacerse un hombre al cual habría amado tanto como a su padre. Sólo quiero decirte que nunca lo dudes, porque cuando lo veas, sabrás que es nuestro pequeño tesoro, porque la vida que le diste tiene tus ojos, y por juegos del destino tiene mi boca para besarte, y le di tu mismo nombre...


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por: Lic. en G. Thot Kinji @ 22:55